lunes, 1 de abril de 2024

Suicidas: El Sísifo intrínseco en cada individuo

 

Abdel Rahman Abu Baker, Pexels



El cuento del autor galo Guy de Maupassant de nombre Suicidas puede leerse aquí; en este portal intitulado Ciudad Seva, prolifera material literario de calidad eximia. Es propiedad del autor puertorriqueño Luis López Nieves. 


La vida es venusta, estará siempre en uno el mirarle del modo acertado… ¿Sería una absurdidad? O quizás el público, en general, ¿se autoemplea añagazas?

Suicidas del autor francés Guy de Maupassant, es un cuento el cual versa respecto a cómo siendo dineroso, en determinado intervalo nadie tendrá nada.

Habrá holganzas por ahí, salió la novedad en videojuegos y habrá diversión para rato o bien, sería momento de apreciar la serie digital del agrado colectivo.

Alguien ha ahorrado y atesorado lo suficiente para emprender un buen periplo a cualquier continente, su propio país o lo que fuere…

Platillos advenedizos, probados en una feria culinaria o alguna exposición turística la cual manifestará la relevancia de identificar culturas disímiles.

Probar una plataforma virtual, hacer uso de lentes para simular otra realidad y evidenciar que se aletarga quien quiere… Así puede uno perennizar, ¿no?

En un momento de diafanidad, un helado casero y de sapidez unívoco, dejará de ser lo más egregio del mundo o en rigor, ¿incordian los lazos humanos?

Buscar un destino turístico distinto, ¿con qué directriz? Si todo lucirá igual que los otros, ¿visitar un museo de la ciudad y de la otra…? ¿Restaurantes?

¿Qué tal el ir por recuerdos? Artesanías por aquí, ¿pero todo terminará en el depósito de basura? A su vez, ¿sería que las amistades no gustaron de ello?

Se trataba de quedar bien con terceros, nada de eso significará nada y deberá admitirse: no hay que ser mordaz con uno mismo, ¿qué hacer?

Puede conocerse a otro viajante, en un inicio toda conversación será innovadora y tiempo posterior, no habrá disimilitud alguna ¿por qué?

Todos somos poseedores de una historia, ¿interesante para la otra parte? Inclusive, la historia del resto ¿nos parecerá cardinal? Lo mismo, ¿sin objetar?

Postres experimentales, sabores de frutas oriundas de naciones tropicales y, yendo directo al punto, no habrá más que revisar en lo subsecuente.

No se tratará de usar un dentífrico distinto, tampoco es cuestión de imaginar que todo puede ser lene; más bien, todo será una pesadumbre en lo sucesivo.

Tal vez no, ¿qué tal si es hora de contraer connubio con la pareja? Sería momento de engendrar un retoño —o adoptarle, dependiendo de la circunstancia.

Ver por la criatura, se desarrollará y emprenderá su propio vuelo; en casos precisos, algunos progenitores serán acreedores al síndrome del nido vacío.

Aun quedándose la descendencia a lado de ellos, ¿qué acontecería? La solitud estará latente, presente y vigente por… ¿cuánto tiempo?

¿Alguna vez se ha imaginado estar en otra morada, con otra familia o pensar si se dedican a la albañilería, la alfarería, el arte…? De serse así…

Se conjeturará y rumiará que, después de todo ¿sería iterar el mismo ciclo en donde las cosas pueden carecer en sí de propósito? O, ¿no deberá ser así?

Escrito el cual, para sincerar, puede resultar algo caliginoso por su temática; no empeciente, ¿no la vida misma desperdiga sus claroscuros como tal?

Lector, ¿momento de conocer su impresión? No olvide plasmarle, por favor; un amplexo, éxito en todo momento y pues, ¿la vida perpetúa?


¿Comparte su perspectiva, por favor? ¡Muchas mercedes por su lectura!



Otros cuentos de autor:


Después: La oquedad en el individuo: aquí

¡Solo!: La tribulación de la solitud: aquí

¡Mozo, un bock!: La sustantividad tan discordante: aquí



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