lunes, 12 de febrero de 2024

¡Solo!: La tribulación de la solitud

 

Plato Terentev, Pexels


El cuento del autor galo Guy de Maupassant de nombre ¡Solo! puede leerse aquí; en este portal intitulado Ciudad Seva, prolifera material literario de calidad eximia. Es propiedad del autor puertorriqueño Luis López Nieves. 


El texto presente fue abordado aquí otrora, empero era menester concederle una novedosa interpretación en pos de ser ecuable con su disertación. Un amplexo, caro lector. 


Sin importar con cuántos se circunden, pese a llevarse bien entre las amistades, al final de la reunión todo retornará a la saudade henchida resultando ineluctable.

¡Solo! de la autoría del novelista y cuentista galo Guy de Maupassant, es un cuento el cual relata cómo la desolación está más que latente en la vida cuotidiana.

Francachelas por aquí, fiestas por doquier, fines de semana ocupados en demasía… tarde o temprano, a la finitud de cada evento, la realidad retornará.

Uno tendrá bríos para plañir de súbito, podrían palmearle la espalda diciéndole todo estar bien; no empeciente, eso no sosiega al afectado.

Otro, al improviso, de hablar nimiedades pasa a cuestiones más profundas como el existencialismo, si la vida presenta carestía de sentido, ¿todo es ilusorio?

Puede caminarse sin rumbo a donde fuere, ¿qué tal los noctívagos saliendo de un gaudeamus para pasarla hasta el claror dial y escuchar el trinar de las aves?

Luego, hora devolverse a cada recinto ¿y en qué pensar subsecuentemente? ¿Reanudar funciones educativas, laborales o lo que fuere? ¿Pensar en la nada?

Otro día con amigos, hora de ir a cenar y conversar sobre cualquier tópico, quizás luego ir al cine o algún centro nocturno, al salir de ahí de nuevo sin rumbo.

Uno expondrá que, sin importar cuánto intente dialogar con su progenie, no concluirán nada en absoluto; otro, relatará que con su pareja no hay entendimiento.

Otro distinto, confesará no inteligir al mundo con adecuación y culminando la noche, se devolverán a su respectiva morada en albura mental sin más remedio.

Pueden hablar, charlar, conversar, dialogar, parlar… para presentarse al punto que, cada uno en su propio orbe, sería como hablar en idiomas disímiles.

Alguien puede tener una teoría, hipótesis sobre un tema cualesquiera… lo manifiesta ante terceros, no captan un ápice y uno estará decepcionado al respecto.

Aun atrayendo el interés del resto, existirá una insatisfacción en lo tocante a no saber qué perennizaría en ese plano material, ¿cómo sería?

Cada uno de los presentes inteligirá el tema a modo propio o bien, en pos de no lesionar al expositor, pretenderán haberle comprendido o no dirán nada.     

Nueva convocatoria para reunirse a potar algo entre el grupo, en un lapso temporario impera el mutismo y posterior a ello, alguien le quebrantará.

Expresará su malestar y desazón sobre cómo un día, a pesar de estar acompañado de otros, habrá una saudade en redor suyo sin poder removerse.

Es decir, todos podrían jugar videojuegos o mirar películas en conjunto, quizás compartirse sus impresiones literarias en alusión a cuentos, novelas…

Aparecerán más conocidos, fruirán del momento y todo pareciere cobrar sentido, ¿qué podría ser fatídico? Hay entretención, diversión, algazara…

Aún habrá un espacio para deambular sin más, visitar una tienda de conveniencia para adquirir algunas provisiones y conversar sobre lo que fuere.

La finitud del encuentro se presenta, a retomar su propia vida ¿y era como si nada hubiese acontecido? Palpar que todo transitó, ¿sin dejar vestigio alguno?

De compartir vivienda con alguien, una noche más, uno de los presentes le interroga a la contraparte si alguna vez se ha sentido con una vacuidad en el alma…

El receptor, estupefacto, cuestionará si algo ha cometido mal… El emisor, moviendo la cabeza con tristura, responderá sólo: «Ya me recuperaré…»

O de residir en un edificio con vigilancia durante las 24 h, alguien querrá saber del vigilante si la vida es arcana, las amistades son genuinas, ¿algo tiene sentido?

El segundo, vacilante, responderá que no dormirá harto y le cuesta trabajo reposar en casa al tener alteración en su reloj biológico… Puramente eso.

En el mundo, las conversaciones fútiles son proliferantes, habrá quienes repliquen con monosílabos al hallarles sin relieve en sí como para continuarles.

En suma, ¿cómo supervivir en cada situación de diversa índole? Quien posea la responsión acertada, ¿cuál sería y cómo le dilucidaría? ¿Qué hacer ante ello?

Texto el cual, entre líneas y metáforas, repondrá cómo cada universo es individual y, tal vez, ¿no estemos diseñados para comprendernos entre todos?

Lector, no se pierda del escrito por favor; amén de querer conocer su perspectiva sobre ello, muchas mercedes por su atención y ¡un amplexo!


¿Comparte su perspectiva, por favor? ¡Muchas mercedes por su lectura! 



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Después: La oquedad en el individuo: aquí

¡Mozo, un bock!: La sustantividad tan discordante: aquí

Suicidas: El Sísifo intrínseco en cada individuo: aquí



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