lunes, 29 de abril de 2024

Un asunto vulgar: Doble moral imperante en la humanidad

 

Malakhovsky, Pixabay


El cuento del autor ruso Arkady Avérchenko de nombre Un asunto vulgar puede leerse aquí; en este portal intitulado Ciudad Seva, prolifera material literario de calidad eximia. Es propiedad del autor puertorriqueño Luis López Nieves. 


Quien dice preocuparse por el prójimo, ¿con honestidad le sentenciará? A decir verdad, muchas veces es sólo celada ¿y cuál sería el objeto de ello?

Un asunto vulgar de la autoría del escritor ruso Arkady Avérchenko, es un cuento el cual observa cómo la sociedad es apócrifa con los más necesitados.

En puridad, expone cómo la misma gente cree preocuparse por el resto cuando es todo lo contrario; allende, ¿qué ganar en lo tocante a?

Criticar a otras naciones por tener piojería y personas en situación de calle cuando, ¿en su misma metrópoli es flagrante ello y no pronunciarse al respecto?

Como el pintiparar a aquellos veraneantes quienes visitan un país, buscan a sus aborígenes para retratarse a lado de éstos ¿con qué propósito?

En apariencia, explanar a través de la imagen cómo saben adaptarse a la cultura de cada nación, respetar las consuetudes de los pobladores…

Exceptuando a contados quienes sí buscan aproximarse a cada indígena con interés de aprehender respecto a sus tradiciones, historia…

Algunos unívocamente buscan aprobación efímera y superflua a través de sus redes sociales, círculos propincuos, «amistades» con cierta influencia…

¿Para qué?, ¿a quién veramente importaría si consiguen «me gusta» por sus bagatelas y futesas? Para sincerar, ¿deberán padecer problemas anímicos?

Otros dirán «pobrecito, no puede ser que viva así» a un indigente quien, a penurias, potará agua con algo de limpidez —no siempre— para medio supervivir.

De nueva cuenta, ¿les preocupa su bienestar y les importará en verdad modificar el rumbo del mundo encentando por acciones en apariencia minúsculas?

No olvidar por favor que sí, existen mendicantes que reciben platillos para alimentarse —aunque sea una vez— ¿y qué hacen con esto? Los desechan.

Buscan peculio, quieren lo metálico y podrían emplearle para conseguir alcohol, estupefacientes u otras cosas que sean de su interés.

De recibir sólo una moneda, querrán un billete de cierta denominación y de no ser acreedores a ello, apostrofarán a quien no debía darles nada desde un inicio.

Retomando a los inconscientes, explanarán que hay que ayudar a las tiendas de abarrotes locales, las no pertenecientes a franquicias o cadenas trasnacionales.

¿Mirar artesanías elaboradas por indígenas otomíes, mazahuas, zapotecas…?, ¡a adquirirles, por favor! Apoyarán la economía nacional.

¡Por supuesto!, como su indumentaria y aditamentos adquiridos a través de comercios electrónicos, ajenos su solicitud emitida sobre ayudar al local. 

Así como optar por el café de ciertas cadenas internacionales, maguer digan las ulteriores utilizar producto nacional para ello ¿la verdad?

Pues, los zotes expondrán estar apoyando a los productores del país cuando bien, podrían conseguirlo directamente con éstos ¿entonces?

Pero no, a evocar que están pagando por una imagen que, a su vez, representará toda una experiencia sin olvidar que, se trata de lucir bien ¿cierto? 

Una adición, otros más afirman preocuparse por cuestiones sociales a través de la realidad, la red… En suma, nada de gordofobia, homofobia…

Entre foros, redes sociales y más ¿no en verdad algunos dicen hasta lo más nefando hacia alguien por sus ideas políticas, gustos culinarios, equipo deportivo…?

Sin la omisión de los defectos físicos de cada ser, la ausencia de algún miembro corpóreo… Pero eso sí, allí declaran preocuparse por la humanidad.

Lo mismo expresan con seres de otra nación, les colman de dicterios para luego, en otro espacio electrónico, proclamar ser todos fraternos.

¿Verbigracia? Tildan a los venezolanos de venecos, a los argentinos de argensimios o a los españoles de gachupines, empero ¡todos somos hermanos y bromeamos en conjunto! Claro que sí, ¡de pronto todos abrazándose!

Como aún en EE.UU., algunos miembros de esa sociedad tildan a los mexicanos de frijoleros, espaldas mojadas o en otros países ¿les creen hampones?

Una lectura para cogitar sobre el actuar del ser humano en instantes donde con tan poco, puede evidenciar con ciertos actos sobre su genuina natura.

Lector, no se lo pierda por favor; sin más, reciba un candoroso amplexo y no claudique en lo que emprenda. Hasta pronto, ¡ánimo!


¿Comparte su perspectiva, por favor? ¡Muchas mercedes por su lectura! 



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