Vivir y esmorecer, ¿en qué se distinguen?
Cuando alguien dice «razones para amar la vida», ¿por qué execra a quienes no
la fruyen?
Ajedrez del autor noruego Kjell Askildsen, es un cuento el cual retrata lo que en sí significa la vitalidad y el óbito en un laconismo absoluto.
Propósitos
para vivir, ¿cuáles serían en la actualidad? Inclusive el término familia, cada
vez se vuelve efímero y casi inexistente.
¿Forjar
un patrimonio? En caso de no procrear descendencia ni adoptar a nadie, ¿para
qué preservarle? ¿No acaso se lo quedaría alguna institución?
¿Observar
las maravillas del mundo? Visitando las montañas níveas o alguna ínsula rodeada
de agua cerúlea, se consigue… ¿Y después qué?
Una
vez envejeciendo, cada movimiento cuenta; cuando se es mancebo, el mundo
pretende ser deglutido y cuando se es vetusto, se busca detenerle.
Por
supuesto, para encontrarle sentido a la vida ¡hay que forjarse un objetivo y
legar su resultado a las generaciones venideras!
Un
cómico de categoría cutre a la finitud de sus días, ¿se enorgullecerá de sus
chistes carentes de gracia y éstos serán remembrados en el futuro?
El
mortal llano, ¿por qué se le rememoraría? ¿No este mundo resguarda innúmeras
almas que al final podrían resultar intranscendentes?
Si
individuos que producen buenas películas, literatura de calidad… a la postre
son olvidados, ¿imaginarse a alguien que sólo busque el peculio?
¿Cuándo
se es decir algo inteligente o estólido? Si al final de todo, cada ser sobre
este planeta será cremado, soterrado o lo que fuere.
A
entablar la interrogante de otro modo, cuando alguien dice que sólo escucha
conversaciones profundas ¿a qué alude?
¿Al
descubrimiento de la vida eternal? Ajá, ¿en dónde le escuchó? ¿Sería quizás al
saber el exordio de la Tierra? Nuevamente, ¿en dónde se publicó?
De
lo contrario, unívocamente serían teorías y ese individuo ¿sabrá su definición
o alguien más deberá dilucidárselo?
Maguera, ¿hablar de chismes y rumores sobre alguien a sus espaldas deberá ser permitido? En suma, ¿el mundo tiene sentido?
¡No olviden comentar, por favor! ¡Éxito en todo momento!
Otros cuentos del autor:
En la peluquería: Cuando ya nada resulta ser igual...: aquí
María: El circular del tiempo que desvelará todo...: aquí
En el café: Sobrevida en retrospectiva: aquí
La colisión: Aguardar por lo ineluctable: aquí
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