Un día todo cesa, ¿y ya? ¿Cómo? La
vitalidad es un ciclo irreversible, tardía o tempranamente finiquitará y la
realidad de terceros pervivirá sin más.
Rasurando del escritor y reportero brasileño Luiz Vilela, es un cuento el cual versa sobre la defunción, cómo nada podrá sobrepujarle y ¿así es la vida?
En
un credo cualquiera, habrá jaleo y jolgorio en una reunión entre amistades; cuando
sea menos aguardado, uno esmorecerá sin más.
O
una mañana trivial, hay un vecino salutífero quien pasea sin contratiempo
alguno; no empeciente, de un momento a otro feneció sin despedirse.
¿Por
qué finarse y qué designó esta etapa ulterior en la vida de cualquier
individuo, ser vivo o lo que fuere? ¿A qué es debido que es tan atemorizante?
¿Cuántas
defunciones existen a diario? Otro punto, ¿cuántos arribarían a la fosa común
al no contar con parentela que pueda reclamarles de modo alguno?
Una
vez cruzando el umbral, ¿a dónde nos llevará? Para encentar, ¿habría un plano
disímil, un más allá o lo que fuere? ¿Existiría la reencarnación o la nada?
¿Cómo
es que alguien que perece de una manera u otra será confinado al extravío
evocador? Algunos dirán: «No es verdad, mientras esté en mi mente…»
En
efecto, una vez falleciendo éstos ¿qué quedaría? Si personajes históricos con mausoleos
no son del todo presentes, ¿qué tal un mortal llano?
Sin
importar cuántas flores y ofrendas se lleven a cada cenotafio, cripta o lo que
fuere, algún día no habrá quien les resguarde ¿y el esmero fue en vano?
De
ser afortunados en que nuestras efigies legaran algo, ¿a cuántos importaremos? De
ser contrario, ¿es como no haber existido?
Nos presentamos al mundo sin nada, en el presente creemos poseer algo y al marcharse de aquí nos retiramos sin pertenencias… ¿todo con qué propensión?
¡No olviden comentar, por favor! ¡Éxito en todo momento!
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