domingo, 2 de marzo de 2025

La mesa es una mesa: Hondura ¿somera?

 

Douglas Mendes, Pexels


El cuento del autor suizo Peter Bichsel de nombre La mesa es una mesa puede leerse aquí; en este portal intitulado Ciudad Seva, prolifera material literario de calidad eximia. Es propiedad del autor puertorriqueño Luis López Nieves. 



Acorde a cada época, habrán de seguirse ciertos cánones sociales en pos de la buena convivencia ¿qué tal si se quebrantan por alguien no apetecer seguirles?

La mesa es una mesa del autor suizo Peter Bichsel, es un cuento breve el cual versa respecto a cómo un ser grisáceo, de súbito se cuestiona cosas.

¿Por qué un pizarrón es denominado así, alguien se llama Omar…? Así podría perennizarse, a la postre resultaría en lo mismo: el todo tener un nombre.

Maguer, ¿a qué se debería que todo debe ser denominado o nombrado de alguna forma? Mejor expuesto, ¿por qué la taza es una taza, el plato un plato…?

De hecho, ¿es posible permutar la rutina propia? De lograrse, ¿no toda novedad se tornará en usanza de nueva cuenta y qué se haría en lo tocante a? 

Un lápiz no será más eso, se mudará a serrucho… Uno hacía tiempo que no adquiere alguna bolsa de frituras, ¿hora de probar unas botanas de queso?

Un día es innovador, al siguiente no del todo y pasado mañana esto se volverá soporífero, ¿más de lo mismo? En efecto, ¿cómo sería posible?

Se discurrirá sobre el mundo propio, el universo, si la vida es ecuable con unos o dantesca con otros, si quienes poseen una mascota se preocupan por esta u optan por dejarle en la calle impíamente, si el amor es existente o no.

No olvidarse de esa sempiterna interrogante sin responsión: ¿Cuál sería el sentido de la vida?; sea como fuere, a considerarle con tintes humorísticos.

Porque, hasta la fecha, todo es teórico en alusión a la misma; por otro lado, siempre habría modo de refocilarse, mientras arriba el instante vital ulterior.  

¿Qué tal escuchar cuando alguien comenta si vieron el partido de fútbol, si hubo diversión en la fiesta infantil del sobrino o lo que fuere?

Puede no sonar del todo sugestivo y estrambótico, tal vez ni lo sea; es más, ¿no diversas «conversaciones» cuotidianas son fútiles, baladíes, inanes…?

Por décadas, no se saludaban entre vecinos y, paradójicamente, un día uno quebranta el mutismo para conversar con el otro sobre el clima abrasador.

Aun así, momentáneamente fruirán de cómo puede interactuarse sobre lo que sea, sin sentirse enajenado en el mundo coetáneo tan voraz que puede ser.

Cada uno retoma su propio existir, hora de acostarse y el panorama silente propio retornará a donde mismo ¿qué cambió para entonces?

Podría reproducirse música para cerrar los ojos, algún género afable para no cavilar sobre lo que no puede modificarse; por otra parte, no olvidar las plataformas digitales para sintonizar lo que fuere con tal de conciliar el sueño.

Como sea, se retornaría al punto de partida y es bien sabida su significación… Es decir, no restará más que permanecer en mudez henchida por nada tener elucidación.  

¿Compartir perspectivas propias hacia terceros? Puede ser propositivo de no ser que, en ocasiones, puede serse apostrofado por no captar los puntos expuestos o, algunos, querrán azotar en vez de discernir la información.

Texto sucinto el cual, entre su solaz y su ironía, hará rumiar sobre cómo nos cuestionamos lo que sea ¿sin arribar a mucho postreramente?

Muchas mercedes por su lectura, no olvide compartir su perspectiva por favor. Reciba un candoroso amplexo, que goce de cabal salud y hasta pronto.


¿Comparte su perspectiva, por favor? ¡Muchas mercedes por su lectura! 



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