El rodaje de una película jamás ha
sido fácil, máxime cuando versa sobre un producto independiente; aun así, ¿el
resultado finito será lo aguardado?
Atacama: Filmando en medio de la nada del cineasta venezolano afincado en México Enrique Rodríguez Bencomo, relata la proeza de rodar su película.
Rodríguez Bencomo, se inspiró en la lectura del libro intitulado Rebel Without a Crew del cineasta estadounidense Robert Rodriguez.
O
mejor plasmado, merced a esto se percató que podía rodar su película con la sola
cantidad de $11,000.00 dólares; a rememorar que su colega en EE.UU.,
rodó su cinta El mariachi (1992) con unívocamente $7,000.00 dls.
¿Qué
es lo que genera que un director de cine cuya vehemencia inefable por el
séptimo arte, resulte aventurarse a rodar una película así al norte chileno?
El
director venezolano, comparte cómo se distribuyen los costos de producción en
el rodaje de su película llamada Atacama.
Entre
laborar con poca gente en su equipo técnico, distribuirse las tareas como cocinar,
iluminar el área de rodaje… genera que el presupuesto rinda.
En
general, se habla que el cine latinoamericano tiene complejidades para ser
impelido y parlamentar sobre la obtención de fondos y apoyos… deplorable.
En
México durante la década de los 70, directores de cine como Arturo Ripstein y
Jaime Humberto Hermosillo —entre otros—, vivieron una época áurea en la cual
pudieron rodar películas con diversidad de temáticas y mejor aún, el mismo
público les apoyaba; a partir de los 80, todo principió a permutar.
Conseguir fondos, apoyos o estímulos
públicos, cada vez se torna más difícil para los cineastas noveles; sobre todo,
en caso de no poseer contactos.
Empero,
el mismo Jaime Humberto Hermosillo demostró ser uno de los primeros en acudir a
la producción independiente o bien, privada, para lograr financiar sus
proyectos como La tarea (1991), El corazón de la noche (1984)…
Entonces,
¿sí hay posibilidades de rodar películas en México u otros países como
Argentina, Venezuela, Ecuador…? ¿Cuál o cuáles serían las soluciones?
Como
todo, cada rodaje resguarda una historia altamente personal; en ocasiones, hay
pérdidas tanto materiales como espirituales.
Las
ulteriores, son las que mayor vacuidad dejarán en el ser; una lección vital,
habrá de llevarse hasta la finitud del ciclo en este mundo.
Culminado
el proceso de edición, habrá de buscarse distribuidores para divulgar la
película; logrado ello, ¿qué seguiría? ¿Habría un nuevo rodaje?
En
dado caso, ¿cuál sería la historia subsiguiente? ¿Qué lecciones dejará en esta
ocasión y habría compartición de vivencias?
A revisar esta lectura, por favor; hay una historia personal más adelante en el libro que dejará cogitando por harto tiempo. No se lo pierda, lector; éxito.
¡No olviden comentar, por favor! ¡Éxito en todo momento!
¿Dónde conseguirle y/o mirarle?
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Disponible en:
Mi intención con el libro siempre fue poder inspirar cineastas emprendedores, espero que pueda resonar con alguno. Gracias por el espacio. Un abrazo
ResponderEliminarMuy buenas noches estimado Enrique, ¿cómo estás? De antemano, muchas mercedes por comentar en este espacio en el cual siempre serás más que bien recibido.
EliminarCon sinceridad, siento que será una inspiración ingente para futuros cineastas quienes nos mostrarán cómo está compuesto el mundo coetáneo y subsecuente. Así como aficionados al séptimo arte como yo, podremos fruir de sus páginas allende de cogitar sobre lo relatado.
Cuídate mucho, te deseo todo el éxito del mundo; hasta pronto, un amplexo y reitero mi gratitud tanto por tu libro como por tus palabras.