El cuento del autor brasileño Mário de Andrade de nombre El pavo de Navidad puede leerse aquí; en este portal intitulado Ciudad Seva, prolifera material literario de calidad eximia. Es propiedad del autor puertorriqueño Luis López Nieves.
Algo dificultoso de ejecutar es el procurarse felicidad o,
cuanto menos, momentos ininterrumpidos de ésta, en ciertas ocasiones por
cuestiones familiares.
El pavo de Navidad del novelista y ensayista brasileño Mário de Andrade, es un cuento el cual versa sobre no ser o pensar en uno mismo.
En el
hogar, uno es acreedor a determinada educación, donde uno será marcado por algo
que no haga permisible el ver por el regocijo propio.
Cierta
progenie no observará bien el jugar con videojuegos o la computadora, quizás
potar té de limón sintético o un refresco…
Asimismo,
algunas veces se antojará alguna rebanada de pastel o una hamburguesa con doble
con carne, no obstante, puede no dispensársele.
De
realizarse furtivamente el paladear ya sea una barra de chocolate o un caramelo
macizo, existirá culpabilidad intrínseca por ello ¿en qué sentido?
En
donde, por razón alguna, hará aparición la efigie de uno de los padres en la
mente quien miraba pésimo el fruir de lo mundanal de la vida misma.
Habrá
veces donde la descendencia acreciente con rancor, furor, exasperación… por
desconocer lo que es hacer lo que uno guste.
Mejor
expuesto, si a uno le apetece dirigirse caminando hacia la tienda de
autoservicio en lugar de usar un vehículo propio o el transporte público ¿por
qué privarse de ello? Por igual, el comprarse algo en el camino sin motivo
aparente.
Allende,
¿imaginar el sólo estudiar licenciatura cualquiera unívocamente por complacer
al padre de familia y no porque uno en verdad le anhele?
Un día la
progenie deja de existir, los hijos no habrán más de escucharles o dejarse
damnificar por lo que a los suyos les repateaba.
Si por
alguna razón, uno de los sucesores no quería pasar el festejo de Año Nuevo en
compañía de familiares y parientes, agora no se preocupará por ello.
Si otro
quería fumar dentro de la morada sin recibir escarmientos o rapapolvos, lo
mismo: libertad mayúscula para ello y nada más.
De
padecerse tensión sobre la espalda y/o los hombros y que esto derivara en
términos de salud que pudiesen generar una parálisis facial, pérdida de cabello
prematura, un ojo túmido por la presión… eso formaría parte del pretérito.
Hora de
vivir sin la culpabilidad mentada, donde uno se responsabilizará por actos
propios y para entonces, se tendría la edad suficiente para asumirle.
Habrá
veces en que sí sería posible dejar a la zaga aquellas evocaciones que distan
de ser benignas para el individuo y no, no sería magín de uno u otro.
De
alcanzarse ello, existiría un empiece disímil y se redactaría una historia que
pueda adaptarse a las convicciones e ideas de uno mismo ¿entonces…?
Un texto el cual, engendrará una serie de cavilaciones sobre la educación en casa, si los padres poseen la razón en todo o no, si uno como descendiente deberá acatar lo que sus procreadores puntualizan o ejercer el criterio propio…
¿Comparte su perspectiva, por favor? ¡Muchas mercedes por su lectura!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Más que interesado en conocer su dicción, por favor.