lunes, 16 de septiembre de 2024

Felicidad insensata: Insatisfacción perpetua

 

Alexas_Fotos, Pixabay


Cuento a leer, aquíEl Cuento Revista de Imaginación, fue fundada por los escritores mexicanos Edmundo Valadés y Horacio Quiñones. La página principal de la publicación está aquí, por favor.

Su exordio se debió en el año 1939, reanudando labores hasta 1964 y cesando su circulación hasta 1999, un medio el cual divulgó la narrativa tanto latinoamericana como de otras naciones.

Durante el año 2016, sus números íntegros fueron digitalizados para permanecer a disposición del lector ecuménico. Caro lector, conceda parte de su valeroso tiempo para explorar la revista, misma la cual dio a conocer -sobre todo al lado hispano- autores como la brasileña Nélida Piñón, el nipón Abe Kōbō, el egipcio Naguib Mahfouz... 

Un medio de harto relieve no sólo para México, sino para el resto del globo terráqueo. Más en una época donde la tecnología distaba de ser avanzada. ¡Un amplexo, éxito! 



Sempiterna interrogante que puede no tener responsión, ¿qué diantres es felicidad y por qué se le imbuye harto? Habría que admitir que esto no posee sentido…

Felicidad insensata es un relato breve del autor de oriundez rumana Eugène Ionesco, el cual aborda cómo el término en su título no es explicable.

Hay que ir a la zaga de la pasión propia, derivando en no sentir que se labora, porque sería paragonarle con estar a solaz eviterno.

A estas alturas, de querer efectuarse bien una función, se le considerará un trabajo y de querer ser reconocido, con mayúscula razón se le tomará en serio.

En un momento dado, el reconocimiento se materializará en diplomas, trofeos, medallas, preseas, placas… No obstante, ¿qué perennizaría?

Uno es un egregio actor de series digitales, otro es un director cinematográfico de harta relevancia, uno disímil es un empresario de éxito…

Más adelante y a su debido tiempo, las funciones se tornarán consuetudinarias, mismas que podrían no tener más reto para continuarse contento.

O, de no ser lo ulterior, lo que alguna vez importó quizás ya no retome su cauce genuino y ¿cómo observarle como la prima vez?, ¿sería posible lograrle?

Lo que otrora era un pasatiempo, hogaño es un laborío; verbigracia, ¿amaba verse películas de toda índole? Agora se trata de reseñarles profesionalmente.

Lo mismo con libros, melodías… o bien, ¿qué tal elaborar pasteles para toda ocasión por fruición? De volverse una pastelería, ¿agur diversión?

Porque de conseguirse ser loada por los consumidores, el mantener la calidad mentada se tornará en tensión ¿cómo? Puesto que así es la vida. 

Más allá de ello, ¿uno quería ser dineroso? Lo consigue, ¿en lo subsecuente? Ahora se dedicará a la filantropía, empero ¿qué tal encarnarle?

Porque, para sincerar, inclusive eso de ayudar al prójimo puede representar un negocio para terceros con intereses sibilinos, no axiomáticos para todos.

Forjarse metas, ¿eso sería la resolución? Cualquier actividad, así sea del auténtico agrado del practicante, de ejercerle en demasía le producirá lasitud.

Quien posea admiradores, ¿imaginar a toda hora recibir mensajes de texto, vía mensajería instantánea, redes sociales… donde dicen laudarle y respetarle?

Eso sí, ¿qué tan verídicos serían como admiradores? Descontando por supuesto ¿a los fanáticos quienes sí podrían zurrar y lesionar al sujeto en cuestión?

Porque todo se vuelve cansino al recibir letras como «te amo, eres lo máximo», «tu trabajo me cambió la vida» o símiles, siendo ¿todo verdad?

Yantar a diario pollo frito, allende de no ser salutífero, tarde o temprano aburrirá hasta el más «satisfecho» con aseverar que eso jamás le extenuaría.

Tener un canal en una plataforma cualquiera, acrecienta su prez… En un momento no tan imaginado, buscará el anonimato en pos de permanecer en paz.

Es más, ese mismo individuo a la postre, termina siendo olvidado y puede no resentirle; aun así, ¿buscará ser relevante para mantenerse ocupado en lo que sea?

Innovación perpetua, ¡eso es! No empeciente, toda novedad en cierto lapso permutará en rutinaria ¿para volver a pasear en la misma rueda incesantemente?

Relato breve el cual, a decir verdad, podría no ser del agrado de quienes siempre consideren que todo es imaginario y es mera cuestión anímica el resolverle.

Para el lector con criterio, fruirá de su ironía y sorna sobre las actividades que más adoramos y a su vez, el sentimiento latente de producirnos animosidad.

Sin más, ¡a leer las perspectivas de todos los interesados por favor! Un amplexo para Ud., bienquisto lector y jamás claudique en cumplir sus anhelos.


  ¡No olviden comentar, por favor! ¡Éxito en todo momento! 



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