He aquí un fragmento de la novedad literaria de mi autoría Dulzor vengativo, en donde se aborda lo que deja la secundaria a la zaga de los trasfondos implicados, amén de saber en verdad cuando algo deja una evocación lene para la posteridad, quizás no... Lector, ¡no se la pierda por favor!
Esto corresponde al primer capítulo de la obra mentada, ¡muchas mercedes por su atención!
¡YA LLEGAMOS!
—¡Ten los huevos para decírmelo en la jeta, cabrón! —ordenó Alexis con cierta molestia—. Por una puta vez dímelo bien, ¡no seas maricón!
—¡Ya déjame, cabrón! —sudó Luis nervioso—. ¡Estoy meando, lárgate!